Ricardo Canal, profesor de Trastornos del Comportamiento de la Universidad de Salamanca, explica a CF, con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, celebrado el día 2, que el farmacéutico debería ser sensible a los problemas de los autistas y sería útil que conociera estas estrategias para entender y atender mejor a los autistas y darlas a conocer a los familiares.
La Asociación Bata, organización sin ánimo de lucro que desarrolla programas para personas con trastornos del espectro autista y sus familias, ha impulsado una propuesta para que el Hospital del Salnés, en Pontevedra, coloque pictogramas que ayuden al autista a saber dónde está, qué pruebas le van a hacer o o cómo debe comportarse en una sala de espera: "Así, el hospital deja de ser un lugar hostil, ya que se pueden anticipar acontecimientos, pues la incertidumbre de lo que viene después les genera mucha angustia", explica Carmen Márquez, de Bata. Además, proponen el uso de agendas de salud con las que pueden expresar si están enfermos, les duele la cabeza o el estómago.
Igual que Canal, para Márquez el farmacéutico debería conocer estas agendas porque, como dice el experto de Salamanca, "se fomenta también la autonomía y que se sientan acogidos".
Primeros síntomas
Manuel Baña, de la Unidad Clínico-Asistencial de los Trastornos del Espectro Autista y Trastornos Generales del Desarrollo, de la Universidad de La Coruña, describe los primeros síntomas del niño autista: "No tiene una mirada referencial o interpretativa y no desarrolla el lenguaje o tiene un lenguaje disfuncionado o atípico, lo que hace que se entienda peor con su medio social y su desarrollo general se vea alterado". Caña añade que los padres en el primer año de vida del niño detectan que su hijo no responde a su nombre, pero sí reacciona ante los ruidos, no participa en juegos propios de la infancia, sino que tiene formas repetitivas de juego, no imita y no tiene interés por sus hermanos.
"Antes podían pasar 2 años hasta que se diagnosticaba; hoy 3 meses"
En España se estima que hay unos 13.000 niños con autismo y, según la Asociación Española de Pediatría, el diagnóstico se ha multiplicado por seis en la última década. Ricardo Canal, profesor de Trastornos del Comportamiento de la Universidad de Salamanca, considera que este aumento se debe no a una epidemia sino a que en la actualidad "hay una mayor sensibilidad y se están diagnosticando más casos". Apunta también que los criterios diagnósticos de hoy son más amplios y flexibles y que se ha producido una sustitución del diagnóstico, puesto que antes el autismo se calificaba como enfermedad mental y ahora tiene entidad propia.
Canal señala que se ha producido un gran avance en el diagnóstico precoz, puesto que "antes podían pasar once meses e incluso dos años desde que el padre notaba las primeras manifestaciones hasta que se le daba el diagnóstico y ahora ese tiempo se ha reducido a tres meses en los lugares donde hay unidades especializadas y pediatras sensibilizados".
En lo que no se ha avanzado tanto es en la eliminación de los prejuicios y mitos denunciados por Manuel Baña, de la Universidad de La Coruña: "Algunos padres tienen sentimientos de culpa y de rechazo". Canal recuerda que las primeras hipótesis sobre el origen del autismo apuntaban a los padres como los causantes del problema y el tratamiento era alejar a los niños de la familia.
Otros falsos mitos son creer que estos niños no quieren relacionarse, que no tienen emociones, que no pueden aprender o que todos son superdotados.
La Asociación Bata, organización sin ánimo de lucro que desarrolla programas para personas con trastornos del espectro autista y sus familias, ha impulsado una propuesta para que el Hospital del Salnés, en Pontevedra, coloque pictogramas que ayuden al autista a saber dónde está, qué pruebas le van a hacer o o cómo debe comportarse en una sala de espera: "Así, el hospital deja de ser un lugar hostil, ya que se pueden anticipar acontecimientos, pues la incertidumbre de lo que viene después les genera mucha angustia", explica Carmen Márquez, de Bata. Además, proponen el uso de agendas de salud con las que pueden expresar si están enfermos, les duele la cabeza o el estómago.
Igual que Canal, para Márquez el farmacéutico debería conocer estas agendas porque, como dice el experto de Salamanca, "se fomenta también la autonomía y que se sientan acogidos".
Primeros síntomas
Manuel Baña, de la Unidad Clínico-Asistencial de los Trastornos del Espectro Autista y Trastornos Generales del Desarrollo, de la Universidad de La Coruña, describe los primeros síntomas del niño autista: "No tiene una mirada referencial o interpretativa y no desarrolla el lenguaje o tiene un lenguaje disfuncionado o atípico, lo que hace que se entienda peor con su medio social y su desarrollo general se vea alterado". Caña añade que los padres en el primer año de vida del niño detectan que su hijo no responde a su nombre, pero sí reacciona ante los ruidos, no participa en juegos propios de la infancia, sino que tiene formas repetitivas de juego, no imita y no tiene interés por sus hermanos.
"Antes podían pasar 2 años hasta que se diagnosticaba; hoy 3 meses"
En España se estima que hay unos 13.000 niños con autismo y, según la Asociación Española de Pediatría, el diagnóstico se ha multiplicado por seis en la última década. Ricardo Canal, profesor de Trastornos del Comportamiento de la Universidad de Salamanca, considera que este aumento se debe no a una epidemia sino a que en la actualidad "hay una mayor sensibilidad y se están diagnosticando más casos". Apunta también que los criterios diagnósticos de hoy son más amplios y flexibles y que se ha producido una sustitución del diagnóstico, puesto que antes el autismo se calificaba como enfermedad mental y ahora tiene entidad propia.
Canal señala que se ha producido un gran avance en el diagnóstico precoz, puesto que "antes podían pasar once meses e incluso dos años desde que el padre notaba las primeras manifestaciones hasta que se le daba el diagnóstico y ahora ese tiempo se ha reducido a tres meses en los lugares donde hay unidades especializadas y pediatras sensibilizados".
En lo que no se ha avanzado tanto es en la eliminación de los prejuicios y mitos denunciados por Manuel Baña, de la Universidad de La Coruña: "Algunos padres tienen sentimientos de culpa y de rechazo". Canal recuerda que las primeras hipótesis sobre el origen del autismo apuntaban a los padres como los causantes del problema y el tratamiento era alejar a los niños de la familia.
Otros falsos mitos son creer que estos niños no quieren relacionarse, que no tienen emociones, que no pueden aprender o que todos son superdotados.
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