Expertos del servicio público de salud de Estados Unidos están considerando circuncidar a todos los niños nacidos en el país para reducir la propagación del virus del sida.
La propuesta, de la que ya se ha hablado en el pasado, es un tema muy delicado que ha generado una fuerte polémica incluso antes de que se haga público, a finales de este año, el borrador de las recomendaciones del Centro para la Prevención y Control de las Enfermedades.
Los expertos también están considerando si la operación debería ser ofrecida a los adultos heterosexuales con prácticas sexuales de riesgo. Pero el problema es que la circuncisión generalizada no tendría un gran impacto en la protección del principal grupo de riesgo en EEUU: los homosexuales.
Según los datos recogidos en los países africanos más azotados por el sida, los hombres circuncidados reducen a la mitad la posibilidad de ser infectados. Los ensayos clínicos se han centrado en los heterosexuales que podrían infectarse de sus parejas femeninas.
En EEUU, por ahora, se centran en las recomendaciones para los recién nacidos. Una estrategia de prevención a la que los críticos se oponen por exponer a los bebés a una operación innecesaria sin su consentimiento.
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