El estrés implica una tensión necesaria importantísima para muchas actividades aunque en general hay una serie de errores y prejuicios sobre él. ¿Quieres saber cuales son los errores o prejuicios más comunes sobre el estrés y como deberíamos entenderlo?
Estrés: palabra clave del siglo, pero mal interpretada
El Dr. Hans Selye, padre de los estudios sobre el estrés, afirmó que el concepto y el termino científico estrés había tenido por fin la suerte de entrar en el uso cotidiano de la gente y sin embargo al mismo tiempo tenía la mala suerte de ser interpretado a menudo erróneamente.
Varias investigaciones lingüísticas han revelado que el termino "estrés" es una de las palabra clave que caracterizan el siglo pasado y el actual, sin embargo se asocia habitualmente a algo negativo, es decir a enfermedades o bien a tensión, cansancio, ansiedad. En realidad también es gracias al estrés que podemos llevar a cabo nuestras actividades diarias, enfrentarnos a retos y cambios en la vida.
No podemos manejar bien el estrés si tenemos ideas equivocada sobre él
Las erróneas interpretaciones del estrés son una causa bastante común de ineficacia en su gestión. ¿Se puede conducir un coche sin tener un conocimiento básico de cómo funciona su mecánica (por ejemplo los pedales, el volante, el cambio de marchas)? De la misma manera no se puede manejar eficazmente el estrés si no se sabe qué es y cómo funciona o, aun peor, si se saben de él conceptos equivocados. Vamos a ver por lo tanto los errores y prejuicios más comunes que se cuentan sobre el estrés:
Los errores más comunes a la hora de hablar de estrés
Hay que eliminar o evitar el estrés. Eso es como decir "hay que eliminar el hambre" o "evitar tener hambre". Es imposible. Sin estrés moriríamos en poco tiempo, ya que quedaríamos aplastados por los eventos de la vida. El estrés hay que gestionarlo y controlarlo para usarlo a propio beneficio.
El estrés es dañino. Eso depende de cómo se usa el estrés; básicamente el estrés es un mecanismo fisiológico que nos permite recaudar energía para enfrentarnos a retos. Así que el estrés involucrado en actividades intensas pero satisfactorias no es dañino, mientras que el estrés desgastado de manera ineficiente crea con el tiempo problemas graves de salud.
El estrés es ansiedad. La ansiedad solo es uno de los síntomas típicos de estrés, pero no es lo mismo que el estrés. El estrés se manifiesta a través de una multitud de síntomas que dependen de cada persona, de la situación estresante y del momento.
El estrés es algo normal en nuestra sociedad. El hecho de que algo se haya convertido en una epidemia no lo define como algo normal. El estrés negativo y exagerado no es normal ni aceptable, ya que con el tiempo crea problemas graves de salud. El punto es que estamos tan acostumbrados a vivir con niveles excesivos de estrés que esto acaba pareciéndonos normal.
El estrés solo afecta de verdad a las personas débiles. El estrés afecta a todos. Paradójicamente las personas que mas padecen estrés son las siempre dinámicas y ocupadas, aparentemente fuertes.
No puedo hacer nada contra el estrés, es inevitable, no depende de mí sino de los eventos y de cosas que no puedo controlar. En realidad los responsables de nuestro estrés somos nosotros en la gran mayoría de los casos, eligiendo y actuando comportamientos y costumbres que crean estrés. Como solía decir el Dr. Selye "Lo importante no es tanto lo que te ocurre, sino como tu reaccionas a él".
El estrés solo está en mi mente. Si es verdad que nuestra mente juega un papel relevante a la hora de determinar si algo es estresante o no y con qué intensidad, está por otro lado claro que el estrés modifica realmente la fisiología del cuerpo, pudiendo determinar a enfermedades graves como infartos y ulceras.
El estrés es igual para todos. En realidad no es igual para nadie. El estrés es muy personal tanto a la hora de definir los eventos que estresan, como el nivel de estrés que causan, como la manera de manejarlos. Lo que estresa a una persona no suele estresar a otra; lo que funciona contra el estrés negativo para una persona no suele funcionar para otra.
Yo no estoy estresado; el día que lo esté lo podré detectar enseguida. Todos estamos estresados en algún nivel y la costumbre a estar constantemente estresados nos hace siempre menos sensibles a las señales de una subida repentina de su nivel; por lo tanto acabamos reconociendo el exceso de estrés demasiado tarde, solo cuando éste causa enfermedades visibles.
Contra el estrés lo mejor es reposo y relajación. Relajarse es útil, pero no es suficiente o puede incluso ser peor. El estrés va gestionado de una manera más general y con más recursos.
¿Qué hacer?
Para poder gestionar de manera eficaz el estrés es imprescindible tener primero una comprensión correcta de lo qué es y evitar los errores arriba mencionados. En segundo lugar hemos de emprender acciones que actúen de manera "holística" sobre la persona, respetando su naturaleza única.
Autor: Paolo Cesco
Entrenador personal en manejo de estrés y bienestar. Certificado por Instituto Canadiense de Estrés - Fundación Hans Selye
Articulista de Enbuenasmanos
www.estres-bienestar.com
Estrés: palabra clave del siglo, pero mal interpretada
El Dr. Hans Selye, padre de los estudios sobre el estrés, afirmó que el concepto y el termino científico estrés había tenido por fin la suerte de entrar en el uso cotidiano de la gente y sin embargo al mismo tiempo tenía la mala suerte de ser interpretado a menudo erróneamente.
Varias investigaciones lingüísticas han revelado que el termino "estrés" es una de las palabra clave que caracterizan el siglo pasado y el actual, sin embargo se asocia habitualmente a algo negativo, es decir a enfermedades o bien a tensión, cansancio, ansiedad. En realidad también es gracias al estrés que podemos llevar a cabo nuestras actividades diarias, enfrentarnos a retos y cambios en la vida.
No podemos manejar bien el estrés si tenemos ideas equivocada sobre él
Las erróneas interpretaciones del estrés son una causa bastante común de ineficacia en su gestión. ¿Se puede conducir un coche sin tener un conocimiento básico de cómo funciona su mecánica (por ejemplo los pedales, el volante, el cambio de marchas)? De la misma manera no se puede manejar eficazmente el estrés si no se sabe qué es y cómo funciona o, aun peor, si se saben de él conceptos equivocados. Vamos a ver por lo tanto los errores y prejuicios más comunes que se cuentan sobre el estrés:
Los errores más comunes a la hora de hablar de estrés
Hay que eliminar o evitar el estrés. Eso es como decir "hay que eliminar el hambre" o "evitar tener hambre". Es imposible. Sin estrés moriríamos en poco tiempo, ya que quedaríamos aplastados por los eventos de la vida. El estrés hay que gestionarlo y controlarlo para usarlo a propio beneficio.
El estrés es dañino. Eso depende de cómo se usa el estrés; básicamente el estrés es un mecanismo fisiológico que nos permite recaudar energía para enfrentarnos a retos. Así que el estrés involucrado en actividades intensas pero satisfactorias no es dañino, mientras que el estrés desgastado de manera ineficiente crea con el tiempo problemas graves de salud.
El estrés es ansiedad. La ansiedad solo es uno de los síntomas típicos de estrés, pero no es lo mismo que el estrés. El estrés se manifiesta a través de una multitud de síntomas que dependen de cada persona, de la situación estresante y del momento.
El estrés es algo normal en nuestra sociedad. El hecho de que algo se haya convertido en una epidemia no lo define como algo normal. El estrés negativo y exagerado no es normal ni aceptable, ya que con el tiempo crea problemas graves de salud. El punto es que estamos tan acostumbrados a vivir con niveles excesivos de estrés que esto acaba pareciéndonos normal.
El estrés solo afecta de verdad a las personas débiles. El estrés afecta a todos. Paradójicamente las personas que mas padecen estrés son las siempre dinámicas y ocupadas, aparentemente fuertes.
No puedo hacer nada contra el estrés, es inevitable, no depende de mí sino de los eventos y de cosas que no puedo controlar. En realidad los responsables de nuestro estrés somos nosotros en la gran mayoría de los casos, eligiendo y actuando comportamientos y costumbres que crean estrés. Como solía decir el Dr. Selye "Lo importante no es tanto lo que te ocurre, sino como tu reaccionas a él".
El estrés solo está en mi mente. Si es verdad que nuestra mente juega un papel relevante a la hora de determinar si algo es estresante o no y con qué intensidad, está por otro lado claro que el estrés modifica realmente la fisiología del cuerpo, pudiendo determinar a enfermedades graves como infartos y ulceras.
El estrés es igual para todos. En realidad no es igual para nadie. El estrés es muy personal tanto a la hora de definir los eventos que estresan, como el nivel de estrés que causan, como la manera de manejarlos. Lo que estresa a una persona no suele estresar a otra; lo que funciona contra el estrés negativo para una persona no suele funcionar para otra.
Yo no estoy estresado; el día que lo esté lo podré detectar enseguida. Todos estamos estresados en algún nivel y la costumbre a estar constantemente estresados nos hace siempre menos sensibles a las señales de una subida repentina de su nivel; por lo tanto acabamos reconociendo el exceso de estrés demasiado tarde, solo cuando éste causa enfermedades visibles.
Contra el estrés lo mejor es reposo y relajación. Relajarse es útil, pero no es suficiente o puede incluso ser peor. El estrés va gestionado de una manera más general y con más recursos.
¿Qué hacer?
Para poder gestionar de manera eficaz el estrés es imprescindible tener primero una comprensión correcta de lo qué es y evitar los errores arriba mencionados. En segundo lugar hemos de emprender acciones que actúen de manera "holística" sobre la persona, respetando su naturaleza única.
Autor: Paolo Cesco
Entrenador personal en manejo de estrés y bienestar. Certificado por Instituto Canadiense de Estrés - Fundación Hans Selye
Articulista de Enbuenasmanos
www.estres-bienestar.com
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