viernes, 13 de febrero de 2009

Los bebés nacidos en verano y a finales del otoño suelen ser más fuertes y altos

(PD/BBC Mundo).- Los bebés nacidos entre el final del verano y el comienzo del otoño son, a menudo, "más altos y fuertes que aquellos que llegaron al mundo en primavera o invierno". A esta conclusión han llegado investigadores de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, que cotejaron datos de más de 7.000 jóvenes ingleses nacidos en distintas épocas del año.

La diferencia en la constitución física entre unos y otro se debería, según los investigadores, a la exposición al sol durante el embarazo de las madres, mayor en estos períodos, que facilitaría la absorción de vitamina D, esencial para el crecimiento óseo.

Según el estudio, con 10 años, los chicos nacidos durante los meses de verano y otoño son "medio centímetro más altos que sus contemporáneos" nacidos en otras estaciones, así como poseen huesos más fuertes. Según Jon Tobias, uno de los investigadores encargados del estudio, “unos huesos anchos son un seguro frente a las enfermedades como la osteoporosis en la época adulta”.

Como solución para aquellas madres que lleguen a los últimos meses de gestación en épocas donde el sol apenas se deja ver, los científicos les “recomiendan consultar con el médico la posibilidad de tomar suplementos de vitamina D, principalmente si el nacimiento de los hijos está previsto entre noviembre y mayo”.

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